El Tribunal Superior de Justicia (TSJ) ha admitido a trámite las
ocho denuncias, acumuladas en una sola, presentadas por los padres de niños
autistas asignados al Aula de Comunicación y Lenguaje del colegio público Tomás
Montañana de Valencia contra la Generalitat. Así lo confirmaron ayer fuentes de
la institución.
La denuncia ha sido el final de un camino que, según explicó
Vicente Benet, padre de uno de los niños autistas afectados por las
deficiencias del aula específica del centro y portavoz de las ocho familias, ha
agotado previamente la vía administrativa. Según dijo Benet: "Nosotros
estamos a favor del programa de integración, pero estamos a favor de que ese
programa se ejecute bien, con medios, para que cumpla su función".
Los nueve niños autistas asignados al Tomás de Montañana
llegaron a principio de curso al centro y el aula en cuestión no existía.
A mediados de octubre ubicaron a los pequeños, de entre tres y
nueve años, en un despacho, un habitáculo sin las condiciones adecuadas. El
mismo logopeda y la misma psicóloga asignados al centro debieron hacerse cargo
del aula especial. Y hasta el pasado febrero no se incorporó la educadora
especial, que no tiene, según Benet, formación específica en autismo. La
primera consecuencia fue que cuatro de los niños dejaron de asistir al aula
hace ya meses.
Benet insistió ayer en la necesidad de sensibilidad y compromiso
respecto al autismo. Según precisó, es una discapacidad grave que no tiene cura
y cuyo origen aún se desconoce pero que tiene una terapia clara: la educación.
"El colegio es el hospital para un niño autista, el único espacio en el
que puede desarrollarse para integrarse en la sociedad".
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